Rubén Darío Ciraolo ha dado toda una lección de vida. El exfutbolista del Valencia CF, que militó en el equipo durante dos temporadas a finales de la década de los ochenta, se encuentra actualmente en su casa recuperándose del COVID-19. Han sido semanas muy duras para él y aunque todavía no está al cien por cien de sus facultades puede decir que ya ha pasado lo peor. En plena recta definitiva de su recuperación, el argentino ha concedido este viernes una emocionante entrevista a VCF MEDIA Radio. Su valioso testimonio es un ejemplo de cómo todos juntos tenemos que ganar este partido: “Hay que luchar, hay que pelear y hay que tomarse la vida de diferente manera. Se lo dice alguien que ha estado 19 días ingresado. Lo más importante son los familiares, amigos y relajarse para poder disfrutar de la vida”.
“Mi sistema inmunológico trabajó y, quizá por haber sido deportista o lo que sea, consiguió parar el líquido en mis pulmones. Yo veía las placas y el líquido empezó a subir y a subir hasta que llegó un momento en la UCI que mi cuerpo dijo basta, entonces empezó a disminuir paulatinamente”, comienza a relatar. Sus 19 días en el hospital han sido muy difíciles, pero “después de la tempestad va viniendo la calma”, como dice. Su testimonio es duro. Estuvo grave, llegó a estar en la UCI y perdió mucho peso. “Lo contraje el 27 de febrero, estuve una semanita más o menos bien, con fiebre, luego subió la fiebre, el 7 de marzo me ingresaron y me dieron el alta el día 25. Se hace bastante pesado, no me acuerdo del día que me llevan a la UCI porque mi oxígeno en sangre era muy poco. Fui el segundo que entraba con coronavirus en el Hospital Clínico”, detalla.
Ciraolo sabe mejor que nadie lo importante que es para todos quedarse en casa por lo fácil que se transmite esta enfermedad y subraya la importancia de tomar todo tipo de precauciones. “No se dan cuenta de lo fácil que es contagiarse, yo por un beso y un apretón de manos me contagié. Luego te tocas los cascos en la emisora y ya está. Hay gente que le da como una gripe, a mí me tumbó pese a que hago deporte y todo eso. La gente tiene que contagiarse de que debe quedarse en casa. Sigo tomándome la temperatura, tengo todavía la neumonía porque no se cura de un día para otro. Sigo con miedo, pese a hay quien dice que si soy inmune ahora… Por favor, quédense en casa, abúrranse, respeten las distancias porque si te toca es muy difícil aguantar 19 días en un hospital sin moverte y que tengan que atenderte las 24 horas del día”.
Buena prueba de lo mal que lo ha pasado se refleja en su apariencia física. “Yo digo que he perdido 10 kilos para no preocupar a la gente, pero creo que fueron casi 14 kilos y medio lo que llegué a perder. Mi cuerpo en este mes y medio o dos meses ha cambiado. Las piernas se me han quedado muy finitas. Me paro, me mareo, me vuelvo a acostar… Tengo que estar aislado en casa dos semanas, me queda una todavía por delante. Fíjate lo duro y lo complicado que se hace”. El apoyo y el cariño, aunque desde la distancia, de sus seres queridos ha sido fundamental. No solo de su mujer, Amparo, y sus hijos, también de algunos excompañeros, como es el caso de Ricardo Arias y Miguel Ángel Bossio, embajadores del Valencia CF, que han querido mandarle su mensaje de ánimo al argentino durante el transcurso de la entrevista en VCF MEDIA Radio.
“El simple detalle de llamarte y no oírte con la misma voz de siempre te llena de preocupación, pero empiezas a recibir noticias, ves que sales adelante… Ha sido una gran alegría que te hayas recuperado”, le decía Arias. Bossio, por su parte, bromeaba: “Después de cada partido de veteranos decías eso de ‘me estoy quedando en piel y hueso’, la verdad es que no he visto nunca a nadie emplear tan bien el culo como vos para esconder la pelota. Ahora habrá que recuperarlo con un par de asados”. Como le decía el uruguayo, Ciraolo ha ganado el partido de su vida y el valencianismo puede celebrarlo. Lo peor ha pasado y ahora toca cuidarse en casa. Más adelante, tendrán tiempo de reunirse. Ciraolo ya tiene planes para cuando esté al 100%. “Te puedo decir que hice amistad con cinco enfermeras, hemos quedado para ir a tomar cervezas en cuanto pase todo esto. El trato humano ha sido excelente, sensacional, eso no se paga con nada”.